¿Qué es la economía circular aplicada al sector cultural?
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05 / 05 / 2025
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Por La Recicladora Cultural
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4 minutos de lectura

¿Qué es la economía circular aplicada al sector cultural?

La economía circular está transformando múltiples sectores, desde la moda hasta la construcción, proponiendo un modelo que reduce residuos, extiende el ciclo de vida de los productos y promueve la reutilización de recursos. Pero, ¿cómo se aplica este enfoque al ámbito de la cultura?
¿Qué es la economía circular aplicada al sector cultural?

La economía circular está transformando múltiples sectores, desde la moda hasta la construcción, proponiendo un modelo que reduce residuos, extiende el ciclo de vida de los productos y promueve la reutilización de recursos. Pero, ¿cómo se aplica este enfoque al ámbito de la cultura?

Exploramos el concepto de economía circular en el sector cultural y cómo puede ser una herramienta poderosa para una gestión más sostenible, consciente e inclusiva.

Economía circular: una breve introducción

La economía circular es un modelo económico que busca mantener el valor de los productos, materiales y recursos el mayor tiempo posible, minimizando la generación de residuos. A diferencia del modelo lineal tradicional (“producir–usar–tirar”), la economía circular promueve estrategias como la reutilización, reparación, reciclaje y rediseño.

Aplicaciones en el ámbito cultural

Reutilización de materiales museográficos y escenográficos

Una de las maneras más evidentes en que la economía circular se integra en el ámbito cultural es a través de la reutilización de elementos materiales. Exposiciones temporales, decorados teatrales o instalaciones artísticas suelen implicar un gran consumo de recursos para un uso limitado en el tiempo. Reutilizar estructuras, paneles, vitrinas, iluminación o incluso materiales gráficos permite reducir significativamente el impacto ambiental.

Además, estas prácticas no solo son sostenibles, sino también económicas: al reaprovechar materiales ya existentes, se reducen costes y se fomenta la creatividad a la hora de adaptar elementos a nuevos contextos.

Exposiciones itinerantes y colaboración interinstitucional

Otro eje fundamental es la prolongación del ciclo de vida de las exposiciones. Muchas muestras culturales pueden viajar a distintos territorios, especialmente a aquellos con menor acceso a propuestas culturales. Este modelo itinerante, alineado con los principios de la economía circular, no solo optimiza recursos, sino que también democratiza el acceso a la cultura.

Establecer redes de colaboración entre instituciones —museos, centros culturales, bibliotecas— permite compartir exposiciones, intercambiar materiales y generar sinergias que reducen la huella ecológica y amplifican el impacto social.

Digitalización y sostenibilidad

La digitalización también juega un papel clave. Aunque no sustituye completamente a las experiencias presenciales, puede ser una alternativa o complemento sostenible, especialmente para archivos, visitas virtuales o proyectos educativos. Al reducir desplazamientos y materiales impresos, contribuye a disminuir el impacto ambiental.

Beneficios de una cultura circular

Sostenibilidad ambiental y reducción de residuos

Adoptar prácticas circulares permite a las organizaciones culturales minimizar su impacto ambiental, reducir residuos y fomentar una conciencia más ecológica tanto en profesionales como en públicos.

Mayor resiliencia económica

La reutilización de recursos y la colaboración entre instituciones generan un modelo más eficiente y menos dependiente de presupuestos elevados, clave en un sector muchas veces infradotado económicamente.

Accesibilidad y equidad territorial

La cultura circular también favorece la redistribución de oportunidades culturales hacia territorios menos centralizados, contribuyendo a la cohesión social y al desarrollo de comunidades locales.

Proyectos como La Recicladora Cultural promueven la economía circular en la gestión de exposiciones, permitiendo que materiales museográficos tengan una segunda vida en nuevos contextos. También hay teatros que reutilizan escenografías, festivales que trabajan con estructuras modulares y centros de arte que impulsan residencias creativas basadas en el reciclaje artístico.

La economía circular en el sector cultural no es una tendencia pasajera, sino una necesidad urgente y una oportunidad de innovación. Implica repensar no solo los materiales que usamos, sino también las dinámicas de producción, distribución y acceso a la cultura. Integrarla en el día a día de instituciones y profesionales es clave para construir un ecosistema cultural más justo, resiliente y comprometido con el planeta.

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